El hecho ocurrió en la localidad bonaerense de José León Suarez. El especialista en salud de 67 años tiene otras tres acusaciones por el mencionado delito mientras pesa sobre él otra por asesinato.
Soy mamá de una nena abusada de 8 años que busca justicia por el hecho. El abusador es su abuelo, médico clínico muy conocido en José León Suarez, partido de San Martín. La denuncia la hice en la UFI 14 de San Martín, pero no hicieron nada, comenzó diciendo Lucía Schwarz (30).
La madre de la víctima, oriunda de Argentina, radicó la denuncia el último 11 de abril, cinco días después de descubrir que Pablo Víctor Schwarz (67 años) abusaba a Zoe, su pequeña y única hija. “Este médico ya tiene cuatro causas de abuso sexual infantil y una por asesinato”, relató la mujer.
Si bien el especialista en salud es legalmente el tío de Lucía, hace mucho tiempo que Lucía lo llama “papá” porque dejó de tener relación con su padre de sangre. “En realidad es el hermano de mi papá, pero hace ocho años que se convirtió en un padre para mí”, describió acerca del vínculo que tenía con el acusado.
La madre de Zoe explicó que vivió un tiempo en Paraguay, donde está toda su familia, pero regresó embarazada a Buenos Aires en 2011 para estudiar medicina. En aquél momento, Pablo aprovechó esa situación y la invitó a parar con él.
“Me invitó a mí y tiempo después a mi marido también. Él tiene un consultorio en la casa, muchos médicos trabajan ahí. Nosotros hacíamos el mantenimiento del hogar y él nos pagaba”, relató, al tiempo que añadió: “Él fue un mesías para nosotros, creíamos que era eso. Estábamos en la calle y sentíamos que nos daba todo. Era pura ganancia, era un benefactor para nosotros”.
En declaraciones a este medio, Lucía contó que su madre -quien falleció baleada un tiempo atrás- lo había acusado en 2013 a Pablo por abusar de una menor. “Yo en ese momento lo defendí a mi papá y me terminé peleando con mi mamá porque pensaba que la acusación era falsa”, lamentó.
El día en que descubrió el abuso
Fue el 6 de abril de este año cuando Lucía descubrió quién era verdaderamente su padre de crianza. Según detalló, aquella noche el médico estaba bastante pasado de alcohol. “Eran las 21 horas cuando estoy por ofrecer un café y veo un gesto con la cabeza que le hace mi papá a mi nena para que ella suba a su cuarto. Me quedé dura con la reacción, Zoe se puso rápido detrás de él y subieron las escaleras. Entonces lo seguí atrás y vi cómo jugaban al doctor, yo veía las piernas de mi hija mientras él estaba agachado”, relató.
En ese preciso momento, la voz de Lucía quebró en llantos. Sin embargo, con una gran fuerza continuó con su relato: “Escuché que mi papá le dijo a mi nena ‘empuje con los dos dedos sus óvulos como la otra vez, así se le pasa el dolor de panza. Si no, póngase esta cremita calentita en la colita’. Ahí quedé blanca, no corrí, no lloré, no sé dónde estaba. Mi hija en ese momento salió de esa situación y dijo que quería jugar a otra cosa”.
Lucía contó que después ellos fueron para el living, se sentaron en frente de la computadora y Pablo puso en la computadora el video de una niña desnuda que gemía. “Lo primero que se me ocurrió fue cuestionarme si era cierto lo que estaba viendo. Mi hija preguntaba qué era eso, porque la nena estaba llorando”, dijo con la voz quebrada.
“En ese momento fui corriendo hacia él y me miró como nunca antes lo había hecho. Quedé shockeada. ‘Qué’ me preguntó enojado”, señaló la mujer. Y, luego contó que el hombre le advirtió: “Callate la boca, porque sino vas a terminar como tu mamá”.
Lucía dijo que durante tres horas se quedó hablando con su hija, quien le terminó confesando que Pablo la amenazaba para mantenerla callada. “Le decía a Zoe que iba a morir papá y mamá si se enteraban de lo que pasa. Le lavó el cerebro”, aseveró indignada.
A partir de lo ocurrido, Lucía se fue con su pareja y su hija a un monoambiente en Arrecifes lejos del hombre. “Con mi marido agarramos un manotazo de ropa y fuimos a hacer la denuncia”, sostuvo. Pero aún, no hubo respuesta por parte del poder judicial.
Hoy en día, el especialista en salud sigue ejerciendo su profesión normalmente y atiende por consultorio privado, en su casa, ubicada en Aristóbulo del Valle 7451. Desesperada y preocupada, Lucía ruega por que haya justicia.
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